El verano está tocando a su fin y, antes de que nos
demos cuenta, los niños regresarán a las aulas. Aquí encontraréis las claves
para que padres e hijos comencemos el colegio este curso con los deberes
hechos. Repasamos su alimentación, sus rutinas, sus relaciones sociales, su
seguridad...
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Si es su primer año escolar, nuestros hijos necesitarán que les echemos una
mano para adaptarse al colegio, aunque ya hayan ido a la escuela
infantil. Pueden sentirse desbordados y perdidos en un edificio más grande con
cambio de profesores y compañeros. Las normas y
horarios también son diferentes.
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Para hacerles los cambios más llevaderos tenemos que hablarles
antes de su nuevo colegio y de todas las cosas estupendas
que harán allí. Para motivarles aún más, podemos llevarles a que lo vean y se hagan una
idea antes de empezar en el centro.
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Es primordial que el primer día de colegio vayan
acompañados de al menos uno de sus padres. Los primeros días las despedidas deben
ser breves, sin dramas y sin mentiras.
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Interesa enterarnos si encontrarán en el colegio a algún amigo del parque o
la escuela infantil. Les aportará seguridad.
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Si no es su primer año en el centro, tenemos que hablarles de sus amigos,
recordarles sus nombres y las cosas divertidas que han hecho juntos. Así
comenzarán el curso con ilusión.
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Hay que habituarles a desayunar en casa correctamente. Para conseguirlo
tenemos que levantarlos con tiempo suficiente para evitar las prisas.
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Hay que tener paciencia si se muestran poco receptivos con esta comida. Las
cosas se convierten en hábito a base de repetirlas.
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Es fundamental predicar con el ejemplo: ¿con qué autoridad les pedimos que
hagan un desayuno completo, si nos ven tomar deprisa una taza de café?
Almuerzo
Un tentempié a media mañana les ayudará a sobrellevar mejor
la jornada escolar, pero siempre que se respeten algunas
normas:
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El almuerzo nunca debe sustituir al desayuno; no deben ir al
colegio en ayunas.
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La ración debe ser pequeña, ya que en el cole almuerzan pronto y, si no, llegarán sin hambre a la comida.
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Hay que evitar la bollería industrial y acostumbrarles a tomar
cosas saludables. En nuestro
centro suelen dar pautas para el almuerzo saludable todos los años.
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Estas recomendaciones son totalmente válidas para la merienda, en la que tampoco debe faltar la fruta.
Comida
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Una alimentación correcta es esencial para que
obtengan toda la energía que necesitan. Su dieta ha de ser variada,
alternando legumbres, pastas, arroz, pan, verduras, lácteos, carnes, pescados,
huevos y frutas.
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Si el niño es alérgico a algún
alimento, debemos avisar al centro
para prevenir y evitar accidentes.
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Un niño enfermo no debe ir al colegio. Si los dos padres
trabajan, nos interesa pensar quién puede quedarse con nuestro hijo hasta que
mejore (abuelos, una canguro...). Sobre todo el primer año de escolarización se
ponen malos cada dos por tres.
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Algo fundamental: dejar en el colegio los teléfonos en que pueden
localizarnos si surge un imprevisto.
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Si queremos evitar gritos y escenitas el primer día de cole, basta con que
los días previos, comencemos a adelantarnos de forma progresiva a la hora de
levantarse y de acostarse, a ajustarles a unos horarios de comidas, etc.
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También debemos enseñarles la importancia de organizarse y llevar al día
sus tareas; ayudarles a planificar su tiempo.
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Los niños deben acostarse temprano; evitar las
actividades excitantes al final de la tarde; no pasarse las horas muertas ante
la tele; no dejar los deberes para después de cenar... La falta de sueño y la
fatiga influyen negativamente en su rendimiento.
Idiomas y actividades extraescolares
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Aprender un segundo idioma es importante, pero siempre que no les saturemos
con clases extras de inglés ni les bombardeemos a preguntas en ese idioma, para
que nos demuestren lo que ha aprendido.
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No conviene sobrecargarles con demasiadas actividades extraescolares, y, siempre hay que atender a sus preferencias.
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Para los niños, jugar es tan importante como comer o dormir. Por eso, debemos
organizar su horario para asegurarnos de que disponen de tiempo a diario para
divertirse, después de realizar sus
tareas.
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Por las tardes y los fines de semana, debemos hacer lo posible para que
puedan jugar y correr en parques y espacios al aire libre, y practicar deporte.
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Siempre que podamos, debemos tratar de estimular su imaginación para
que jueguen, o disfruten con un libro entre las manos, y controlar sus horas de
tele.
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El recreo es fundamental. Les sirve para
desfogarse, liberar energía y relacionarse.
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Conviene compartir con nuestro hijo los preparativos y las compras del
nuevo material. Siempre que sea posible, tenemos que contar con su opinión y sus
gustos.
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Hay que marcar el material con su nombre y forrar sus
libros nuevos antes de que empiecen a utilizarlos.
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No todo ha de ser nuevo. Algunas cosas sirven de un curso para otro
o se pueden heredar de un hermano. Pero, es muy importante que estrenen,
aunque solo sea, alguna cosita. Así empezaran el curso con otra motivación.
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Interesa que tenga todo el material listo desde el principio y que les
inculquemos su cuidado y respeto.
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Si desde el comienzo de curso cuentan en su habitación con un rincón de
estudio fijo, ordenado y siempre dispuesto, el hábito de estudiar aparecerá más fácilmente.
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Debemos ir acostumbrándoles a recoger su material escolar después
de usarlo. La organización y el orden facilitan la concentración.
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Los niños deben establecer un potente vínculo afectivo con su profe ya que,
a edades tempranas, el aprendizaje está muy ligado a la seguridad emocional. Es
básico que perciban positivamente tanto a su maestro como al colegio.
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Los padres debemos trasmitir a nuestro hijo buenas
vibraciones y confianza en sí mismo. Debe notar que estamos interesados
en su faceta escolar, que nos coordinamos con el profesor y
que nos implicamos en sus estudios.
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Conviene adquirir ropa cómoda y fácil de lavar. Es mejor comprar prendas resistentes y no muy caras, ya que
crecen y las estropean con mucha facilidad.
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No es aconsejable que abusen del calzado deportivo, que debería usarse
solo para hacer deporte.
Los zapatos han de ser de piel, flexibles, resistentes
y transpirables, de la talla adecuada y con hormas que no les opriman el pie. Las suelas
deben ser aislantes, preferiblemente de goma y, sobre todo, antideslizantes.